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La sonda lunar china Chang’e-6 abandonó este martes la cara oculta de la Luna, con lo que da un paso más hacia la culminación de una ambiciosa misión que subraya el ascenso del país como superpotencia espacial.

Una nave espacial china aterrizó este domingo 02 de mayo del 2024 en la cara oculta de la Luna para recoger muestras de suelo y rocas que podrían aportar información sobre las diferencias entre esta región menos explorada y la cara visible, más conocida.

El módulo de alunizaje aterrizó a las 6.23 hora de Pekín en un enorme cráter conocido como la cuenca del Polo Sur-Aitken, según informó la Administración Espacial Nacional de China.

Se calcula que su viaje de regreso a la Tierra durará unas tres semanas, y se espera que aterrice en la región china de Mongolia Interior hacia el 25 de junio.

Esta potencia mundial emergente aspira a poner una persona en la Luna antes de 2030, lo que la convertiría en la segunda nación después de Estados Unidos en lograrlo. Estados Unidos planea volver a enviar astronautas a la Luna, por primera vez en más de 50 años, aunque la NASA retrasó la fecha prevista a 2026 a principios de este año.

En la misión actual de China, el módulo de aterrizaje utilizará un brazo mecánico y un taladro para recoger hasta 2 kilogramos de material superficial y subterráneo en unos dos días.

Tras recoger las muestras, Chang’e-6 extendió un brazo robótico para izar la bandera china, según una animación publicada por la CNSA.

La cuenca del Polo Sur-Aitken, un cráter de impacto creado hace más de 4.000 millones de años, tiene 13 kilómetros de profundidad y un diámetro de 2.500 kilómetros, según un informe de la agencia de noticias china Xinhua.

Se trata del mayor y más antiguo cráter de este tipo en la Luna, por lo que puede proporcionar la información más antigua sobre ella, según Xinhua, que añade que el enorme impacto puede haber expulsado materiales de las profundidades de la superficie.

La roca “fue triturada, fundida y estirada en filamentos de un tercio del diámetro de un cabello humano, luego hilada y tejida en tela”, explicó el ingeniero Zhou Changyi.