Hassan Nasrallah y otros altos mandos de Hezbolá fueron el objetivo de las fuerzas israelíes. En una operación en el sur de Beirut, al menos 20 dirigentes chiitas murieron en un ataque al bunker. Hezbolá confirmó la muerte de Nasrallah y de tres comandantes en diferentes ataques. La cúpula de la organización libanesa fue afectada por los bombardeos israelíes.
La operación de Israel para asesinar a Hassan Nasrallah de Hezbollah muestra habilidades de inteligencia superior, aunque fallaron al prever a Hamas. Utilizaron 100 municiones en el ataque en Beirut, donde Nasrallah murió en un complejo subterráneo. Este evento sorprendió debido a su seguridad y poca exposición pública. Israel había intentado matarlo en 2006 sin éxito, pero esta vez su éxito se basó en inteligencia profunda y reciente. La Unidad 8200 y Aman han recopilado datos durante dos décadas para conocer la milicia del “norte”.
Las Fuerzas de Defensa de Israel informaron sobre la eliminación de varios líderes de Hezbollá, incluyendo a Ibrahim Hussein Jazini, Samir Tawfiq Dib, Hasán Jalil Yasín, Nabil Qaouk y Ali Karaki. Estos altos mandos del grupo chiita fueron abatidos en una operación que también tenía como objetivo a líderes claves. Las FDI señalaron que los líderes eliminados estaban vinculados a actividades terroristas contra Israel. Hezbollá confirmó las bajas de manera gradual, destacando las pérdidas sufridas en su jerarquía militar.
La infiltración de inteligencia en Hezbollah permitió a Israel conocer la ubicación de una reunión secreta liderada por Nasrallah. Netanyahu autorizó desde Nueva York un ataque que se planeó con anticipación, sin revelar el objetivo a las tripulaciones F-15I hasta horas antes. Se especula que la fuente de información podría ser un informante iraní, sorprendente dado que Irán apoya a Hezbollah. El ataque, denominado “Operación Nuevo Orden”, fue ejecutado con bombas de alto poder destructivo. Aunque la información sobre la fuente no ha sido confirmada oficialmente, el ataque resultó efectivo.
Un conflicto en aumento en el Líbano ha llevado a intensos intercambios de ataques entre Hezbolá e Israel. Tras amenazas de represalias por la muerte de líderes, Hezbolá disparó numerosos cohetes hacia el norte de Israel, generando alertas de ataques aéreos en Galilea occidental y Haifa. Como respuesta, Israel bombardeó posiciones en Líbano, causando muertes. Najib Mikati advirtió sobre un posible desplazamiento masivo de un millón de personas. La Acnur reportó que más de 80 mil individuos han huido de la región hacia Siria desde septiembre. La escalada de violencia ha generado preocupación y un aumento en la cantidad de refugiados en la zona.